Muestra reconocimiento a más de 80 mujeres que por su trabajo o legado han sido destacadas a lo largo de la historia. Mujeres destacadas en distintas disciplinas como Hipatia de Alejandría, Olympe de Gouges, Virginia Woolf, Nina Simone o Malala Yousafzai; una sección especial argentina con nombres como Alicia Moreau de Justo, Victoria Ocampo, Estela de Carlotto o Mercedes Sosa y algunos personajes de ficción que se han convertido en símbolo de la mujer como Rosita la Remachadora, Mafalda o la Pachamama.

Un proyecto de cultura colaborativa, llevado adelante por un equipo de mujeres profesionales, que contó con el aporte y trabajo de ilustradoras de distintos países, seleccionadas entre las 5.500 que se postularon a la convocatoria. Producida por el Centro Cultural de España en Buenos Aires y Ediciones Invisibles.

Desde el viernes 28 de febrero al martes 7 de abril de 2020
Horarios de visita: de martes a domingos de 15:00 a 19:00 hs.
Entrada $ 20. Miércoles gratis. Jueves gratis para estudiantes.

Centro Cultural Parque de España – Sarmiento y el río Paraná

Esta exposición, explican sus organizadoras, se propone brindar un merecido reconocimiento a mujeres de todas las épocas con un mismo sentido: la equidad, la puesta en conflicto del sexismo, la problemática del rol de las mujeres en una disputa que por actual no deja de ser histórica y universal.

“Yeguas, lobas, zorras, gatas, potras, leonas, perras; a las mujeres se nos atribuye la animalidad. Somos leonas porque cuidamos a la cría, zorras menos por astutas que por poner en juego nuestra sexualidad, yeguas porque nos apropiamos de esa sexualidad y corremos desbocadas detrás de saciar nuestro impulso, potras –que sería la infancia de las yeguas– por pura corporalidad puesta en juego para que algún otro se relama por los posibles usos sexuales de esa carne, perras por malas, gatas por sinuosas, territoriales –habitamos y defendemos la casa– porque ronroneamos cuando nos acarician.

Pero las definiciones de los otros nunca nos alcanzaron. Desde el principio de la historia nos rebelamos, de nuestras cocinas hicimos laboratorios y del encierro doméstico cuartos propios para forjar las palabras que nos relaten. Pusimos el cuerpo frente a las armas para pelear nuestro derecho al voto, quemamos corpiños para decir que el goce nos pertenece y que la maternidad no es un destino.

¿Yeguas? Sí, somos yeguas porque podemos arremeter para defender nuestros derechos”.