Esta trilogía está compuesta por tres obras independientes entre sí pero unidas por un mismo universo dramático. Comenzaron como un proyecto en conjunto, pero tomaron distintos rumbos y terminaron por escindirse hasta cobrar independencia tanto a nivel dramatúrgico, como desde la puesta en escena.

Las obras pueden verse de manera individual. No siguen un hilo narrativo entre sí, es el crimen lo que las articula. La corrupción, la violencia y la oscuridad de la persona en relación a otros y para sí misma. Congénita es la evolución de una perturbación que se lleva en la sangre, en la familia, en la sociedad, desde la niñez. Bea es la madurez de una personalidad oscura, adaptándose en un contexto violento y de seres ambiciosos, sacando ventaja de la coyuntura. Mientras que La Parte Rencorosa es la sentencia y la venganza. Cómo la perversión de las personas puede cambiar a una víctima hasta el punto de corromperse.

Bea
El punto de partida es la ambición. Una organización de embaucadores eligió a su próxima víctima. A los Ruffa nadie los conoce, la estrategia es clara. La víctima se dedica a vender muebles, tiene distintas sucursales y la familia Ruffa ya está infiltrada en ellas. El mueblero es violento y misógino pero Beatriz, una de las hijas del clan se gana su corazón. La guita va y viene. La policía está controlada. Salvo por una experta en criminalística que, en colaboración de su pasante, consigue evidencias, pruebas, testimonios y confesiones, pero se ve amenazada por la corrupción dentro de su equipo de trabajo.

Transferencias dudosas, extorsiones y secuestros, los Ruffa no nacieron para tener una vida ordinaria. Marcos, el padre, preso de sus propias adicciones supo educar a sus hijas para caminar por el camino de la ilegalidad. Tefa, la menor, sabe que conserva una propensión natural a obrar mal para no develar sus vulnerabilidades. Beatriz, en cambio, jefa del clan, bella por fuera pero prudente y violenta por dentro. Una personalidad hermética, incapaz de sentir compasión por otra persona.

La familia juega con fuego, la codicia desmedida desata la catástrofe y un paso en falso bastará para que el plan fracase. A veces, creerse invencible es el camino de la autodestrucción.
Actúan: Lucía Morabito, María Bardach, Horacio Guaragna, Ana Thompson, Nicolás Pigliapoco, Lily Rodríguez
Asistencia de dirección: Julián Viso
Dirección y dramaturgia: Mariana Valci

Congénita
El punto de partida es el miedo. Seres perturbados se encargan de la crianza de dos pequeñas. En este entorno hostil se desarrollan una serie de eventos que entremezclan la realidad con la fantasía, los recuerdos con la imaginación. Algo oscuro se oculta detrás de la familia Iraola. Como un juego de las niñas, las reglas son claras y definen las relaciones de poder. Un juego capaz de enlazar varias historias en una sola.

Una madre agobiada por las infidelidades, confinada a criar a las nenas, estalla cuando ve derrumbarse lo único relevante en su vida. Un padre que busca el amor en cada botella y cuando lo encuentra, no quiere dejarlo ir, sin importarle su familia. Una amante capaz de dejarse confundir por situaciones para evitar ver las vilezas de su amor, pasa de una extraña fascinación por las niñas a un tremendo aborrecimiento. El padre, la madre, la amante, las niñas y el hijo recién nacido cultivan relaciones enfermizas conviviendo bajo un mismo techo. Cuando absolutamente todos son responsables, la culpa es expiada.

El ambiente lúgubre y violento generado por los adultos va gestando progresivamente un entorno de presión psicológica hasta la adultez de las nenas, evidenciando una gran aberración física y emocional. Los recuerdos parecen haber sido bloqueados, se van borrando los límites entre la fantasía y la realidad.
A veces cuesta entender que la realidad es una construcción y que elegimos la versión que conviene, la más edulcorada, porque es la que menos duele.

Actúan: Sofía Carozzi, Danisa Bossicovich, Clarita Frana, Desiré Angeloni y Gabriel Sánchez
Asistencia de dirección: Lucía Morabito
Dirección y dramaturgia: Mariana Valci

La parte rencorosa
El punto de partida es el resentimiento. Se da inicio a la audiencia de Debate Oral y Público seguida contra Ana María Cardozo. Se la acusa de homicidio doblemente calificado. Crímenes que no recuerda haber cometido. Un sistema judicial corrupto y pruebas falsas la sentencian. Detalles que no encajan sobre las acusaciones en su contra la hacen dudar. No es que sus seres queridos cambian, sino la máscara se cae. Un marido que de tanto amor, cae en la indiferencia. Una amiga que de tan amable toma la defensa del caso pero oculta la peor traición. La fiscal guiada por un saber que no admite dudas, la condena. Una jueza que por un puñado de monedas procede a dictar su sentencia.

Ana María no podrá descansar tranquila. El rencor es la génesis de su resurrección. Regresa de las sombras para manipular a su antojo la situación. A veces la justicia se confunde con venganza y el infierno parecerá el paraíso comparado con lo que ella planea.

Actúan: Andrea Guastella, Desiré Angeloni, Clarita Frana, Sofía Carozzi, Gabriel Sánchez, Lucía Morabito
Asistencia de dirección: Julián Viso
Dirección y dramaturgia: Mariana Valci

Bea – Viernes de marzo a las 21:30 hs.
Congénita – Sábados de marzo a las 21:30 hs.
La parte rencorosa – Sábados de abril a las 21:30 hs.
Teatro de la Manzana – San Juan 1950

En las tres obras:
Peinados: Héctor Gabriel
Fotografía: Ariel Smania
Maquillaje: Desiré Angeloni – Ana Thompson

La directora:
Mariana Valci es directora, actriz y profesora de teatro. Dirigió y escribió nueve obras. En el 2014, estrenó Call Center. Mujeres fuera de servicio, en el 2016 Cambalache. Una comedia Lunfarda. En el 2017 las obras Cría Cuervos. Caigan en sus propios lazos y Pútrida. En 2018 Trauma. Una Polimorfa manera de amar y Plastic. La rebelión en la lona. Ambas obras con funciones en Rosario y Buenos Aires. En marzo de 2019 estrena una trilogía compuesta por las obras Bea, La Parte Rencorosa y Congénita.