Un director. 2 actrices. Un ensayo teatral. Ese lugar resguardado de la vida real, donde todo un mundo comienza, dónde todo un mundo termina.
El fulgor es una luz que nos despierta y como el amor, nos enceguece, nos deslumbra, nos deja desorientados. Los deseos, los sueños y la ficción se entretejen, se funden y confunden en los vínculos de estos tres personajes que transitan por los tragicómicos caminos del amor, en la búsqueda de la felicidad.
Luego de un gran estreno y dos meses de funciones durante mayo y junio, vuelve al Teatro de La Manzana, una obra de Rody Bertol con producción de Rosario Imagina y dirección de Sofía Dibidino.
Esta puesta en escena es la segunda obra del ciclo Sobre Ángeles, Demonios y Fantasmas, del Centro Experimental Rosario imagina. Dicho Ciclo se compone de las tres obras estrenadas durante el 2022: “Aquella vez”, dirigida por Viviana Trasierra, “El fulgor, destello de algún querer”, dirigida por Sofía Dibidino y se completará con “La intemperie”, dirigida por Natalia Trejo, a estrenarse el próximo 10 de septiembre.
Actúan: Claudio Danterre, Estefanía Salvucci y María Eugenia Ledesma
Diseño de luces: Ignacio Almeyda
Asistencia técnica: Esteban Ameriso
Se pueden adquirir localidades los días de función en la boletería del Teatro de La Manzana. Se sugiere una reserva telefónica previa al número 3416852588, ya que la capacidad es limitada. Jubilados y estudiantes de carreras artísticas y de los talleres de La Manzana cuentan con descuento en el valor de la entrada (sujeto a disponibilidad de sala).
Funciones:
Viernes 12, 19 y 26 de agosto a las 21:00 hs.
Teatro de La Manzana – San Juan 1950
Rody Bertol – Resonancias sobre el Fulgor
Esta obra comenzó cuando en plena pandemia, en el momento más difícil del aislamiento y habiendo pasado un mes así, yo no había pasado por el estudio donde ensaya Rosario Imagina y me preocupaba mucho. La verdad que estaba amargado, preocupado, así que crucé la ciudad y entré al estudio. Me senté en el sillón e inusitadamente me quedé dormido. Y ahí digo que a esta obra yo no la elegí, sino que fue una obra que me eligió a mí. Al despertarme me di cuenta que había soñado con las Tres Hermanas de Chejov. Y justamente, las Tres Hermanas de Chejov, se preguntan en la obra ¿qué es la felicidad?… y yo, en medio de la pandemia, amargado y triste, me estaba dando cuenta que estaba encontrando una obra que hablaba de la felicidad.
Lo que pasó después fue pensar, e imaginar lo que pasaba con este director que se despertaba y que descubre que las líneas que separan a los vivos y a los muertos y al sueño y a la vigilia, en términos simbólicos, por supuesto, son muy difusas.
Así comenzó El Fulgor, una obra, que de alguna manera quise que también sea una comedia dramática, porque es un tema que también puede ser tratado con humor. Es una obra que no solo es una buena pausa, sino que te va a llenar de imágenes y de situaciones que te van a hacer recordar algunas cosas tuyas.
Sofía Dibidino – Resonancias como directora de El Fulgor
Si me pregunto por qué elegí dirigir esta obra, encuentro grandes motivos que intentaré sintetizar. En principio, la dirección teatral plena también se trata de un desafío, ya que si bien tenía algunas experiencias previas, mi búsqueda siempre estuvo más ligada a la actuación; entonces, implicaba correrme del lugar de actriz y colocarme desde un “afuera” de escena – que en realidad está muy adentro- confiando en mi mirada y en mis aportes.
En este sentido, Rody, en un gesto amoroso y habilitante, me desliza en una de nuestras primeras charlas que para él siempre es valioso lo que cada artista puede ver desde el rol de dirección, porque justamente se trata de una mirada particular, única, cada uno puede ver y aportar algo que probablemente otros no.
Creo que a lo largo del proceso grupal e individual -que implicó unos ocho meses de una gran experiencia y enriquecimiento- me fui encontrando con esa mirada propia y con distintos recursos con los que pude construir una perspectiva y un hacer como directora.
Uno de los grandes aprendizajes fue adquirir mayor dimensión de lo que significa este rol, de todo lo que aborda, porque implica un contacto y un fuerte diálogo cotidiano con el material y con los actores como clave para poder profundizar la búsqueda. El encuentro con la obra en distintos momentos del día y de la noche, en algunos sueños también, va abriendo nuevas ideas, lecturas, posibilidades, que después reaparecen y se plasman en el ensayo con los actores.
Por otra parte, al leer el texto de esta obra comprendí que su autor plantea una búsqueda poética- teatral atravesada por temas que me resuenan fuertemente, que también me inspiran, me interrogan, me interpelan desde hace años y que suelen estar muy presentes en las obras de Rosario imagina. El amor, el teatro, los sueños, la búsqueda de “la felicidad”. Todos y cada uno de estos universos me convocan.
A Claudio, Estefanía y Eugenia, los invité a un trabajo de actuación minucioso. Durante los ensayos hubo un especial hincapié también en generar los diferentes climas, atmósferas, que generan y atraviesan dichos tres personajes; como así también, abordar las dinámicas, los ritmos de cada escena, en las que lo dramático y lo cómico se tocan, apuntando a que lo tragicómico también emerja.
A su vez, con el transcurrir del trabajo, me fui encontrando con lo que significa para mí “El fulgor” y todos los caminos que de esa gran metáfora que nos propone Bertol, se desprenden. ¿Qué es el fulgor? Un instante, un destello, un refusilo, un sueño que se siente real… O lo que cada uno vea en él.
Para mí es eso que te deslumbra, que implica un antes y un después; que te flashea, te deja desorientado… Como “el amor” suele decir Rody, o como ese rayo que en palabras de Cortázar “te deja estaqueado en medio del patio”.