Así lo revela un estudio del Conicet que advierte sobre las consecuencias de descansar menos tiempo del recomendado
Los argentinos hoy duermen dos horas menos que en la década del ’70, según un reciente estudio realizado por el Conicet que advierte sobre las consecuencias de un descanso incompleto.

Los datos se desprenden de la encuesta “¿Cómo, cuánto y cuándo dormís?” realizada a mayores de 13 años. Las preguntas estuvieron relacionadas con sus preferencias diarias y hábitos de sueño. Además, se obtuvo la información de datos demográficos (edad, lugar de residencia), sociológicos (estado civil, trabajo, estudios, hábitos de consumo) y de biotipo (altura, peso).
El trabajo que realizaron los científicos fue cruzar todos los datos obtenidos a través de la página web Cronos Argentina, según consignó Télam. Diego Golombek, uno de los líderes del proyecto, señaló que las deficiencias del sueño tienen una relación directa con problemas contemporáneos como la obesidad, la diabetes y el tabaquismo. “Dormir por debajo de las ocho horas diarias implica estar cansado y cambiar el estado de ánimo. Eso hace que uno se enferme más, porque se está más susceptible tanto a las infecciones como al cáncer”, explicó.
Por caso, fumar puede provocar el edema de Reinke, enfermedad relacionada directamente con el humo del tabaco, que genera irritación crónica de las cuerdas vocales y congestión nasal. Si esta vía está obstruida, se respira por la boca, lo que da lugar a ronquidos y posibilidad de apneas, que son episodios de ahogo por la noche. Además, la nicotina que contienen los cigarrillos es un estimulante que afecta la calidad del sueño y puede provocar insomnio. Según los estudios, pese a todas las normativas internacionales contra el tabaco, las mujeres hoy fuman más que antes. Por otro lado, la falta de sueño se relaciona con la tendencia a comer en cantidades mayores en calorías y carbohidratos. Otro gran inconveniente es conducir con sueño, lo que reduce notablemente la capacidad de reacción.

Las personas que sufren este problema tienen bajo rendimiento laboral, se vuelven más irritables, muestran cambios anímicos y aumenta la posibilidad de desarrollar trastornos de ansiedad. Dormir mal dificulta la capacidad intelectual y expone a las víctimas a tener accidentes laborales, domésticos y viales. El cerebro no se oxigena adecuadamente y todo puede desembocar en un ACV, aumenta la hipertensión arterial y crea insuficiencia cardíaca. Las personas que las padecen presentan síntomas de cansancio y adormecimiento por las mañanas, están malhumoradas, olvidadizas, se quedan dormidas en el trabajo o cuando manejan y pueden provocar accidentes automovilísticos. Las personas muchas veces suelen no darse cuenta de que sufren esta patología y piensan que han dormido bien, cuando en realidad es todo lo contrario. Ante cualquier trastorno, lo mejor es hacer una consulta con el médico para que indique los estudios a realizar. Los más usuales para este tipo de casos son la polisomnografía y poligrafía respiratoria nocturna, en los que, mientras el paciente duerme, se le colocan sensores de contacto superficiales que registran su ritmo respiratorio, cardíaco, ronquidos, posición corporal y actividad neurológica durante el sueño.