De acuerdo con la psiquiatra Julissa Rosario Ibáñez, citada por El Universal, el acceso excesivo y demasiado temprano a la tecnología puede provocar manifestaciones adictivas y agrega, que entre los 13 y los 22 años, es la edad cuando se desarrolla la mayor adicción al uso de dispositivos.
Entre las secuelas de este comportamiento se encuentra el deterioro de las relaciones sociales y laborales; pero también la falta de sueño que desemboca en estados ansiosos, mejor conocido como ansiedad y afecciones a la memoria debido a la falta de descanso para el cerebro.
Apenas hace algunas semanas la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaro oficialmente a la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental, mientras que otras expresiones tecnológicas como las plataformas de contenidos por streaming y las redes sociales también se han relacionado con comportamientos adictivos y médicos advierten sobre sus peligros.
Según una encuesta realizada por Survey Monkey, 55% de las personas entre 18 y 24 años perciben que el uso de sus celulares está afectando negativamente sus relaciones personales; lo mismo el 47% de las personas entre 25 y 44 años y el 33% de las que están los 45 y los 65 años.
A modo de ejemplo, desde 2011 existen encuestas donde la mayoría de los participantes responden que prefieren renunciar al sexo que a su celular. La situación ha empeorado año con año. Una investigación de la Universidad Estatal de San Diego, California, reveló que los jóvenes estadounidenses tienen hoy, en promedio, menos sexo que los muchachos de finales de los 90. De acuerdo con un estudio publicado en marzo de 2017, mientras un joven estadounidense al finalizar la década de los 90 tenía, en promedio, relaciones sexuales 62 veces al año, en 2010 la cifra disminuyó a 53. Es decir, 9 veces menos, lo que equivale a una reducción de un 15 % (en un lapso de poco más de una década). Algo similar sucedió en Gran Bretaña, Australia, China y Japón, y los especialistas cada vez señalan más a la tecnología como la responsable de este cambio de comportamiento.
La ciberadicción, también conocido como trastorno de adicción a Internet (Internet Addiction Disorder, IAD) es un término que se refiere a una supuesta patología que supone un uso abusivo de Internet, a través de diversos dispositivos (ordenadores, teléfonos, tabletas, etc.), que interfiere con la vida diaria. Sin embargo, a pesar de los intentos de los defensores de su existencia, la comunidad médica y las fuentes oficiales han rechazado en repetidas ocasiones que dicha patología exista. Oficialmente sólo se puede hablar de un uso excesivo de Internet que, si afectara a la vida diaria, sería por otras causas y el uso excesivo sería una consecuencia y no una causa de patología.
A pesar de que su rechazo por la comunidad internacional, varías clínicas y una minoría de expertos insisten en su existencia como adicción y/u ofrecen una terapia para curar la supuesta patología. Oficialmente se considera que pueda existir un «uso excesivo», pero nunca una «adicción», y que sus causas vendrán motivadas no por Internet en sí, si no por causas externas que llevan al usuario a buscar una vía de escape en “la web” y sus posibilidades. Una de las causas más valoradas son los problemas para establecer relaciones sociales, algo más sencillo de conseguir por el ciber espacio gracias al anonimato y desinhibición, aunque puedan resultar más efímeras.
El uso indiscriminado de la tecnología ya les está pasando factura a los adolescentes. Recientes declaraciones del pediatra español Germán Castellanos a la agencia de noticias Europa Press dan cuenta de que las horas que los jóvenes pasan “pegados” al Facebook, Instagram, a la navegación compulsiva y a todos los aparatos tecnológicos que usan regularmente, están causándoles un daño irreparable en sus funciones cerebrales.
“Las nuevas tecnologías y el uso intensivo de éstas por parte de los adolescentes están provocando que se activen nuevas zonas del cerebro en detrimento de otras en las que residen la memoria o la capacidad organizativa, dice el especialista. El abuso de las tecnologías genera otros problemas como el acoso escolar, la violencia o la falta de conciencia sobre la confidencialidad de los datos personales. Este abuso ha generado muchas expectativas en la comunidad médica por lo que pueda pasar en el futuro con la salud de los adolescentes”.
Según el especialista, la adicción a la tecnología no es el único problema al que deben enfrentarse los adolescentes: la adicción a las drogas, el suicidio, las enfermedades mentales y los problemas generados por la sexualidad también hacen parte de la baraja de preocupaciones más importantes en esta importante etapa de la vida.
Aunque el Internet pueda traer ventajas en la educación y en la formación del adolescente, el abuso de las nuevas tecnologías puede poner en riesgo su vida, su salud y su integridad. Por eso, las recomendaciones son:
☺ Hablar del tema: Los adolescentes deben tener claro que el abuso de las nuevas tecnologías tiene consecuencias para su salud física y emocional. Aunque les parezca exagerado, ellos deben entender que el uso de la tecnología debe tener un control por parte de sus padres o familiares responsables para evitar problemas a futuro.
☺ Advertir sobre los peligros: revelar datos personales o hablar con desconocidos puede traer problemas graves no sólo al adolescente sino a toda su familia. Esa conciencia es fundamental para prevenir problemas como el acoso por Internet y la violencia entre los jóvenes.
☺ Fomentar los hobbies: El tiempo libre del adolescente debe aprovecharse en otras actividades como el deporte al aire libre o las actividades recreativas.
☺ Fomentar estas actividades aleja a los adolescentes de ésta y otras peligrosas adicciones.
☺ Dar ejemplo: Si pretendes que tus hijos den un buen uso de las nuevas tecnologías, debes darles un buen ejemplo. Recuerda que este es la mejor para educar a tus hijos.
Créditos: DERF / SURA