Se llama Iván Lehmann. Hace poco cumplió 40 años. Tiene un mellizo, Marcos, que si se lo dice al revés, éste no tiene un mellizo, sino un hermano.

Esto no lo sabe Iván. Tampoco Marcos. Pero uno lo siente más que el otro. Este último podría referirse a Iván, que desde siempre, desde que puede argumentar con imágenes y sonidos su infancia y adolescencia primera, fue rechazado.

Impresionado casi hasta la confusión, como en un paisaje de encanto único, él, alguien con un pasado lleno de abusos mentales, con contagios de y por una imaginación que, luego, como legado, como estirpe rígida y disciplinada, hace de ese alguien, él mismo, su nombre y apellido. Nada de esto lo hizo sombrío.

Ni antes ni después del accidente. Tenía su resplandor. Aún lo tiene. Y sabe que eso es algo inalienable, como un don. O actuar.

«Alexis dijo que hablamos de nuestros daños en «Princesa nazi». Yo no me había dado cuenta. Empezamos desde juntarnos en un teatro, solos, sin texto previo y la primera semana de julio estrenamos en el Centro de Estudios teatrales. Ambos vivimos momentos muy duros. Y no por la pandemia«. Leonel Giacometto

Dramactuación: Alexis Muiños Woodward
Fotografías: Clara Sorrequieta
Diseño gráfico: Pablo Robleda
Dramadirección: Leonel Giacometto (Premio ACE Mejor autor argentino 2018)

Reservas de entradas con descuento al teléfono 3415617050

Sábados de julio y agosto a las 21:00 hs.
Centro de Estudios Teatrales (CET) – San Juan 842

Princesa nazi es vinculante al proceso de creación de Fingido, Real, Latente,
Desenmascaramiento, Lo que se pierde, Fuga, Ensamble, y Desmonte.

Todos comparten un procedimiento narrativo común, y son el resultado de un
cuestionamiento: dar cuenta sobre una postura política frente a la idea de texto y de escena. Se puso y se pone en cuestión el problema (si ésa es la palabra) como una tensión que no encuentra una respuesta unívoca.

Ensamble es, también, junto con los anteriores, parte de un encuentro creativo para reformular, tanto desde la actuación como desde la dramaturgia y la dirección, un modo más “contenedor” entre las distintas filiaciones e inscripciones que se desarrollan y que construyen todo el teatro que hoy por hoy se hace en Argentina.

Este procedimiento viene a cuenta entonces, particular y singularmente, a raíz de ciertas ideas y visiones contrapuestas con respecto a la llamada “dramaturgia del actor” como noción de construcción de sentido de la escena. Dogma para crear sentido escénico

• Lo que se producirá no será una obra, sino un acontecimiento.
• Lo que se producirá no deberá forzarse a un género teatral determinado.
• Lo que se producirá no tendrá características ni rutinas performáticas.
• No se buscará, se encontrará.
• El “aquí y ahora” será el “aquí y ahora real” tanto en el proceso de creación, como en los ensayos y en las funciones.
• Se aplicarán y se pondrán en duda todos los métodos y metodologías de la actuación.
• La improvisación será de suma importancia tanto en el proceso de creación, como en los ensayos y en las funciones.
• Las primeras improvisaciones serán de, al menos, dos horas sin interrupciones ni
cortes, y serán continua y constantemente intervenidas por el director y/o dramaturgo.
• El entrenamiento actoral correrá por cuenta exclusiva de los actores. Durante el
proceso de creación, las improvisaciones y los ensayos se trabajará exclusivamente sobre y para el acontecimiento.
• No hay texto previo. Todo lo textual aparecerá en las improvisaciones aunque se pueden utilizar textos propios o ajenos sólo a modo de disparador. No se podrán grabar ni filmar las improvisaciones; sólo tomar notar. La reescritura de (ciertas)  escenas estará a cargo del director y/o dramaturgo, no de los actores. No habrá texto estable, tanto en el proceso de creación, como en los ensayos y en las funciones; se trabajará con algunas escenas escritas y con postas, lugares, acciones o parlamentos a los cuales se deberá llegar.
• Al menos una secuencia del acontecimiento deberá contener dos escenas en la que la segunda desacreditará a la primera, tanto en lo formal, en lo conceptual, en lo estético y/o temático.
• No habrá vestuario ni trajes teatrales a menos que sea exclusivamente necesario a la historia.
• No habrá maquillaje teatral a menos que sea exclusivamente necesario a la historia.
• No habrá iluminación teatral o dramaturgia de las luces. Los apagones serán parte de la historia y no de la escena.
• La escenografía estará reducida a lo mínimo aunque nada podrá ser simulado. La única pared “invisible” (si hubiera paredes) será la cuarta pared (si existiera).